Brasil marca la agenda económica
y social de la región
Casi no cosechó comentarios el post sobre cómo el Gobierno de Brasil manejó el último caso de corrupción que involucró a varios funcionarios públicos de ese país. Pero sí llegaron muchos e-mails a la casilla de correo de LZ Press relativizando la información con argumentos muy variados.
A raíz de ello, lo único que queda claro es que Luiz Inácio Lula da Silva es el mandatario que más rápido lee la realidad política internacional y actúa en consecuencia. En términos económicos, Brasil mejoró a mediados de año su nota crediticia (pasó a BB+) y, según los principales bancos de Wall Street, en 2008 la deuda brasileña conseguirá el "grado de inversión" (investment grade). Gracias a una economía abierta, la moneda de Brasil (el real) se revalorizó drásticamente y el pasado viernes llegó a cotizar a 1,90 por dólar. En lo que va de 2007, el real se valorizó 12,47% en relación al dólar y desde que Lula da Silva asumió como mandatario (en enero de 2003) la moneda carioca se apreció un 85 por ciento. Al contrario de lo que ocurre en la Argentina, la política monetaria brasileña no se miente a sí misma y sigue el ciclo mundial en el que las diferentes divisas tuvieron fuertes apreciaciones frente al dólar estadounidense. A contramano del mundo, el peso argentino se devaluó un 10% y el Banco Central sigue acumulando billetes verdes (u$s 40.694 millones al 1/06), lo que genera deuda de corto plazo (porque se deben absorber los pesos emitidos) que actualmente es de más de $ 52.000 millones. Este sacrificio (que pagan los asalariados argentinos mediante el impuesto inflacionario) que se realiza en pos de la "competitividad" no cumple tal objetivo y tomando como referencia al mayor socio comercial del país, en este caso Brasil, los resultados evidentes son lamentables. Según la edición de hoy del diario Ambito Financiero, "China ahora ocupa el segundo lugar como proveedor de Brasil, desplazando a la Argentina a la tercera ubicación. Era previsible que eso sucediera con los bajos costos de producción que tienen los chinos. Así, no hay ventaja arancelaria que pueda hacer frente a ello". La extraordinaria coyuntura económica brasileña le permitió a Lula da Silva emplear una ironía que grafica de un modo inmejorable el actual ciclo: explicó que en 2002 no podía ni siquiera pisar la vereda de la Bolsa de Valores de Sao Paulo y que ahora los responsables del Bovespa tendrían que "agradecerle públicamente" por haber superado la marca de los 50.000 puntos y por haber convertido al mercado brasileño en un favorito entre los emergentes del mundo.
Y más allá de la economía, también fue Luiz Inácio Lula da Silva quien criticó al presidente de Venezula, Hugo Chávez, por cerrar la emisora Radio Caracas Televisión (RCTV), la cadena más importante y antigua de ese país. Mientras el resto de los líderes de la región miraban este atropello como algo "normal" y de poca trascendencia, el mandatario brasileño apoyó la nota de condena que dio a conocer el Parlamento de Brasil y afirmó que "en este país contamos con una práctica consolidada extremamente democrática con los medios de comunicación". El líder venezolano reaccionó calificando de "papagallo" al Congreso brasileño y posteriormente Lula da Silva cortó el diálogo con Caracas. El canciller brasileño, Celso Amorim, declaró después que las relaciones entre su país y Venezuela "no están normales".
Así las cosas, Lula demuestra con hechos que políticamente toma la iniciativa económica y social de acuerdo a sus creencias y a la coyuntura que Brasil actualmente tiene en el mundo. Porque tomar posiciones es uno de los ejes de la gobernabilidad mundial.
Etiquetas: Actualidad, Internacionales, Política
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