Ganó Botnia

El mundo ha vivido equivocado, como en el texto de Roberto Fontanarrosa, y los "ambientalistas" de Gualeguaychú van a contramano del valor social que puede tener una protesta justa. En comunicación, cuando ciertas cosas se salen de control se trata minimizar la exposición para acomodar la estrategia. Puede ocurrir en medio de una crisis o por un hecho aislado que no se tuvo en cuenta. Estos "daños colaterales" pueden revertirse con acciones concretas sin perjudicar la transmisión del mensaje central.
Sin embargo, nada de colateral tuvo la noticia publicada en el diario El País, de Montevideo, el pasado domingo y quizás este hecho se convierta en el principio del fin para los ambientalistas de Entre Ríos. Que exista una tarifa que funciona a modo de "peaje" para cruzar de un país a otro parece insólito, pero varios testigos afirman, con lujo de detalles, que la comercialización de tránsito se aplica desde hace tiempo. De situaciones como ésta...no hay retorno. El lucro mezclado con una protesta ambiental no tiene explicación alguna y, en esta ocasión, sólo favorece a Botnia.
El simpático reclamo que se realizó a través de Evangelina Carrozzo en la Cumbre de Viena (en mayo de 2006) llegó a los medios tan rápido como el relato de Natalia González Álvarez, quien contó que su madre tuvo que pagar para llegar a Uruguay, donde velaban a su abuela. Más allá de lo justo que sea la causa, habría que empezar por analizar los medios que en ella se llevan a cabo.