LZ Press LZ Press: Plantar un árbol, tener un hijo y...crear un <i>blog</i>

MI PARTICULAR MIRADA SOBRE LA PRENSA Y LA COMUNICACIÓN UNIVERSAL

junio 05, 2006

Plantar un árbol, tener un hijo y...crear un blog


La frase del título (donde el blog reemplaza al libro) es el sinónimo de la plenitud humana y, como todo a través de la historia, deberá aggiornarse a los tiempos que corren. Desde luego que no es ir en contra de la imprenta que, por suerte, es una industria que goza de buena salud y se encuentra en niveles ideales de crecimiento. Adecuar la frase es, por el contrario, aceptar una realidad que originó la creación de una nueva industria, plenamente dinámica y en firme ascenso. Los blogs (weblogs, en su uso correcto o bitácoras) son un presente concreto, tan reales como este espacio donde se publica el siguiente comentario o post. LZ Press es una humilde bitácora (aún en fase aleph) y como tal debe aportar su visión sobre esta plataforma que le permite a millones de usuarios crear, mantener y distribuir su propio canal de contenidos (no siempre de información). En el debate están incluidos los números (en cantidad y proyección) y las herramientas que crecieron de la mano de los blogs (lectores de feeds, sistemas de medición de tráfico, directorios, sistemas de gestión de contenidos, soluciones de alojamiento, etc). El análisis profundo del fenómeno "blog", con todas sus variantes asociadas, puede consumir a cualquiera porque el tiempo de maduración de una plataforma tan masiva a veces se prolonga por años de los años. Después se vislumbra la "tendencia" y, recién luego, se puede realizar un análisis válido y certero del "medio". La reflexión es hija del tiempo y del estudio.

Ahora bien, lo que sí se puede apreciar hasta el momento es que con los blogs nació un nuevo canal de comunicación entre los bloggers (autores de bitácoras) y los usuarios de Internet (potenciales visitantes si acceden al espacio habilitado en la Red). Esa, hoy, es una verdad de Perogrullo; tan irrelevante puesto que hoy ese conjunto de sitios (o bitácoras) tiene una denominación propia: blogosfera. Y aquí nace la primera polémica (lejos de madurar) ya que la indexación de blogs, mayormente automática, es inexacta en lo que se refiere a cantidad. Technorati.com, el directorio de blogs más popular, tiene registradas casi 43 millones de bitácoras y Blogpulse (el directorio de Nielsen BuzzMetrics) tiene identificados casi 30 millones de weblogs. La realidad es que calidad y cantidad no van de la mano y es tan fácil crear un espacio virtual (10 minutos en Blogger o Terra, por citar sólo dos ejemplos) como abandonarlo o usarlo para otros fines que nada tienen que ver con la comunicación o difusión recíproca.
De todas maneras se puede echar un vistazo de esta fase previa, que arroja montones de datos certeros y que son útiles para una futura reflexión total. Por empezar, la base de los blogs son sus autores y los contenidos que ellos difunden a través de los posts (la materia prima en un contexto cultural). Ahí se da el primer elemento diferenciador entre las millones de bitácoras existentes. Porque la blogosfera es, a gran gran escala, como un círculo cerrado de lectores. Y los blogs nacen de las motivaciones de sus autores, que son las de algunos, pero no las de todos. En este contexto, se diferencian dos categorías de bitácoras: las personales (entendidas como un diario de vida, de sumo interés para el autor y quienes lo rodean) y las sociales (que comparten contenidos específicos para visitantes variados y que se yerguen con una enorme fluidez, propiciando el diálogo, el debate y la circulación de ideas). Aquí mismo es donde nace el primer dilema porque un número importante de blogs son anónimos o esconden la identidad de su autor/a. Ahora bien, ¿son irrelevantes los datos del bloggers? Se entiende que no y que los comentarios y las palabras deben tener un dueño que las emite. Más allá de eso, se entiende que algunas bitácoras, sobre todo políticas, deban resguardar la identidad de su autor (un ejemplo de ello son los espacios digitales creados por los soldados estadounidenses para compartir con los navegantes sus experiencias en la Guerra de Irak) ya que, en ciertos casos, la identificación filiatoria puede traer aparejada represalias inesperadas. Pero sin un motivo válido, que el lector sabrá diferenciar, el anonimato es perjudicial para la comunidad de blogs.
Y el segundo rasgo diferenciador se concentra en la "materia prima" (los flujos de información) que en muchas ocasiones carece de originalidad y, lo que es peor, a veces se repite, de manera textual, de otro espacio. Un ejemplo: LZ Press está suscripto a una gran cantidad de blogs a través de agregadores (en formatos RSS y Atom) y ocurre en MUCHAS ocasiones que la información se repite de manera IDÉNTICA en dos o tres (a veces más) bitácoras diferentes. Es un vicio muy común de los blogs que no se solucionó a pesar de la existencia de "redes sociales" (como Digg o Menéame) que filtran los contenidos ante la velocidad de los cauces informativos actuales. Más allá de las redes sociales, se pueden compartir contenidos valiosos o interesantes a través de trackbacks (enlaces inversos) o links al blog que originalmente publicó la información.
Sin embargo, el fenómeno de los blogs como nueva tecnología de comunicación no tiene precedentes en el actual siglo y, de acuerdo a la actual coyuntura, será una revolución en la industria cultural y comunicativa. No por nada empresas líderes del mercado tecnológico y de high tech (como Google, Yahoo!, Nielsen o Ask) han invertido tiempo y fondos considerables en esta novedosa plataforma masiva y en sensible crecimiento. Por lo antes mencionado, quizás el desafío actual esté en la correcta indexación de los millones de espacios existentes (algunos sobran y otros faltan) para aliviar el tráfico y, además, otorgarle beneficios de difusión a los millones de auténticos bloggers que con su esfuerzo día a día (o semana a semana) comparten contenidos con toda la población de la Web.

Hay, además, otro debate en ciernes (ver Denken Über 29/05) sobre la función de los blogs y su "competencia" con los medios convencionales (periodismo líquido, esencial). Pero en este caso sería ideal hablar de coexistencia y de cómo seducir, con diferentes herramientas, a un mismo lector. En primera persona (ahora sí): desde mi muy humilde punto de vista los medios gráficos y los blogs construyen y distribuyen los mensajes (o la información) de manera diferente. En mi caso, como periodista en ejercicio, debo reconocer las enormes diferencias que hay entre la construcción de mi blog y la tarea de publicar en un medio gráfico (que es, principalmente, mi área de trabajo). Mi bitácora, en principio, no sabe de tiempos (cierres) ni de editores (o directores). En mi bitácora, las pautas de trabajo convencionales desaparecen (el chequeo de fuentes, los sumarios, etc) y las exigencias las impone mi propia conciencia. Ese es el mayor, y vaya que lo es, rasgo diferenciador entre los dos canales. Digamos que desaparece el diagrama básico de edición convencional y, junto con ello, quedan excluidos del proceso los anunciantes, los distribuidores, el precio, la imagen profesional, la promoción y el marketing, sólo por nombrar algunos aspectos. Digamos que el fuerte de mi blog, como muchos otros, es la especialización en un eje o temática central (en este caso...me permití una licencia, pero sólo para aportar ideas). Por eso, después de un breve análisis, me permito disentir con aquellos bloggers que ven, al final del túnel, la desaparición (o baja en el consumo) de los medios gráficos. Ahora bien, lo que sí lograron los blogs fue modificar ciertos parámetros de contacto entre las publicaciones gráficas y el conjunto de lectores. Para conseguir ese feedback único de las bitácoras los medios innovaron e invirtieron (y lo siguen haciendo) en blogs corporativos, que no son más que réplicas aumentadas de los weblogs particulares (privados). Allí, como en el resto de las bitácoras, interactúan los lectores con el staff de periodistas y colaboradores. Esta iniciativa jamás se habría corporizado sin la existencia de excelentes blogs con contenido auténtico y testimonios interesantes. Este movimiento se dio (y se sigue dando) en los diversos medios gráficos de todo el mundo (La Nación, Clarín -Argentina-, New York Times, Business Week -EE.UU.-, el excelente blog de BBC -Inglaterra-, y tantos otros).

Lo que es innegable, por lo menos ahora, es que lo blogosfera es, en ciertos aspectos, marginal y de contenido panfletario. Pero, más allá de eso, el futuro es promisorio porque la fuerza de la Red desbaratará los mensajes inútiles.

Por último, el tema infinito de los números (¿estadísticas?) y los lectores de más o menos de 30 años, qué cuántos diarios o revistas consume tal sociedad, qué cómo la penetración de Internet tira hacia abajo la circulación de medios gráficos, etc. Y ahí me quedo porque considero que la visión del mundo no es absoluta y los sistemas de medición, como bien lo explicó Julián Gallo, a veces confunden en vez de aclarar (refresh, page views, etc). Lo único que me permito decir, en este aspecto, es que los jóvenes no son tarados (fundamento mi posición analizando a quienes me rodean) y eligen diversos canales para consumir información. Acceden a contenidos a través de sus celulares, mediante sites de noticias, blogs y también llevan consigo diarios y libros para seguir con la lectura. Los jóvenes seleccionan aún con más precisión porque ellos también son parte del medio y la estructura existente.

En cuanto a los blogs, su dinámica expansiva los perfeccionará...es cuestión de tiempo y criterio. A veces se me ocurre comparar a las bitácoras con el potencial de Wikipedia (ver acá) y debo decir que, más allá de las críticas de algunos, recurro a la enciclopedia de colaboración colectiva de manera permanente.
Ya sobre el final queda claro (sobre todo por la extensión de este post) que el fenómeno "blog" seduce, moviliza y despierta controversias que en un futuro no muy lejano quedarán sepultadas bajo los escombros de la "vieja comunicación"...Y que así sea.


Foto: Blogpulse.com

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