La cuestión iraní

El Centro Simón Wiesenthal posee un lema que cada día se impone más y más: "El monstruo no murió, está mutando, no lo dejemos crecer".
Esa maquinaria de muerte y horror que se inició en Alemania en 1933 está mutando y actualmente la bandera del odio se iza con con fuerza en la República Islámica de Irán. Porque negar el horror, la humillación, la expoliación masiva, la tortura, la aniquilación de seis millones de judíos (un millón quinientos mil niños) y la destrucción de todo un pueblo constituye una tragedia para toda la humanidad.
La infamia de Mahmud Ahmadinejad, en pleno siglo XXI, debería llevarlo directo a un campo de concentración...esos que, según dice, nunca existieron. Lamentablemente la SHOA ocurrió y sólo un perverso enfermo (y antisemita, claro) puede dudar del más terrible genocidio que padeció una minoría religiosa, que dio origen al más horrible holocausto. Por esos mártires nació el Estado de Israel, luego de un exilio transitorio y doloroso por sobre todas las cosas.


"La esperanza vive cuando la gente recuerda" (Simon Wiesenthal)