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Como lo dije antes, el presente asfixia y el tiempo no se puede estirar sin sentir consecuencias tangibles. Quienes visitan seguido LZ Press habrán notado que la cantidad de posts bajó considerablemente. Tal disminución no tiene misterios, ocurre que otros proyectos individuales relegaron al blog y, a veces, no se puede girar en simultáneo.
Me tengo que delatar a mí mismo: un proyecto editorial me ata de pies y manos. El tiempo es lineal y obliga a mantener las prioridades. Más aún cuando los contenidos de un blog son, en su mayoría, propios y redactados para cada ocasión. No hay fecha de regreso, pero espero que sea pronto. Esta pausa no es un acto de vanidad...más bien la tomo como la excusa para proponer una mejor reaparición. Que sea con salud y en libertad.

Hasta siempre.

LZ