Luz verde para los (peores) violadores
En materia de comunicación (y socialmente hablando) hay temas que son muy sensibles para la opinión pública en general. La seguridad y la falta de justicia jamás desaparecen de los issues que más preocupan a la sociedad. En esta coyuntura, durante el último mes los medios y la comunidad toda siguieron atentamente dos casos de violación que involucraron a mujeres discapacitadas mentales que por sus características se encuentran imposibilitadas de afrontar un parto convencional.
El primer caso ocurrió en La Plata e involucró a una joven discapacitada mental que fue violada, presuntamente, por su tío. La cuestión, desde luego, tuvo amplia repercusión pública y la víctima (con un severo retraso mental) recibió un revés judicial inédito ya que se le negó la posibilidad de practicarse un aborto, recurso que fue solicitado por la familia. En este caso, la pérdida de tiempo ayudó a que la gestación avanzara y le dio un argumento a los sectores más arcaicos de la sociedad para que se le negara dicha operación en un hospital público de esa ciudad. Crónicas aparte, la hermana de la víctima aseguró que posee pruebas que demuestran que al momento de pedir el aborto la joven llevaba menos de 14 semanas de embarazo (hecho que, bajo el Código Penal, permitiría la realización un aborto legal). Un futuro incierto para LMR (iniciales de la víctima) y una familia que sufrirá hasta el último de sus días.
Esta semana se dio un caso similar en la provincia de Mendoza. Claudia, la joven violada, sufre problemas mentales y físicos. Aunque nació hace 25 años, su capacidad mental es la de una niña de 5 (por ello no se pudo saber cómo quedó embarazada y quién fue el autor de la violación). Este caso es aún más complejo que el anterior ya que Claudia, por sus problemas físicos, no puede de ninguna manera afrontar un parto. Nuevamente sectores ultra conservadores y grupos ligados a la Iglesia Católica (una pequeña parte, la más arcaica) hicieron causa común para frenar y demorar el pedido de la familia de Claudia (que ya tenía el visto bueno del Primer Juzgado de Familia, a cargo de Germán Ferrer). Actualmente, un juzgado civil y comercial de esa provincia dispuso que no se interrumpa el embarazo y condenó a la joven a un calvario que apenas si entiende.
¿Y el Gobierno? Bien gracias. Un asunto tan delicado, y que tiene en vilo a casi toda la opinión pública, quedó afuera de la agenda gubernamental. La Justicia no responde como lo indica el Código Penal (artículo 86, que autoriza el aborto a quien "padece una deficiencia mental en grado de imbecilia, de carácter incapacitante, que le impide comprender sus acciones") y el Ejecutivo provincial (a través del gobernador Julio Cobos) parece no estar al tanto del tema, inundado en internas partidarias con vistas a elecciones futuras. El Ejecutivo nacional apenas si se manifestó a través del ministro de Salud, Ginés González García, que pidió que "el tema se resuelva rápidamente".
La inacción trae aparejado, en materia de imagen, el peor de los resultados. Ausentismo es igual a falta de compromiso ante la sociedad (recordar el caso Cromañón). Los sectores conservadores más arcaicos hace tiempo que fueron condenados, en la Argentina, por una comunidad progresista y amante de las libertades individuales. La Iglesia, si no se despega de estos grupúsculos, también sufrirá consecuencias a mediano plazo. Por último, se busca un triunfo pírrico en este caso porque el daño que la Justicia le aplicó a Claudia ya no puede ser reparado.
- Mami...me duele, ¿por qué me duele? ¿Qué me pasa?
(preguntas que Claudia, con su mente de 5 años, le hizo a su madre a raíz de su embarazo no buscado).
La Ley contempla casos de este tipo, ¿por qué no se aplica?
De una vez por todas...¡Argentinos, a las cosas! (José Ortega y Gasset, 1883-1955)
Etiquetas: Actualidad
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