¿Existe la crítica literaria?

Creo que ya no...
Hace tiempo que dejé de leer las críticas literarias de los principales diarios y revistas de este país. No sólo me encuentro con visiones totalmente opuestas (¡pobres autores!), sino que también hay una gran diferencia en el tiempo de publicación de cada comentario. Seguro que el oficio es arduo, pero ojalá yo pudiera, en un futuro, dedicar parte de mi tiempo a leer (a veces por obligación) esos textos que un día a la semana se deben reseñar. Lo de los tiempos lo digo por la fecha de publicación de cada volumen y su, a veces, tardío comentario en los medios especializados.
Bueno, más allá de las internas periodísticas me voy a referir a dos libros bastantes nuevitos en el mercado argentino. La conjura contra América, de Philip Roth (no hace falta que especifique datos de este enorme autor), fue reseñado por el suplemnento cultural del diario Perfil y por la misma sección dominical de La Nación. Pablo De Santis indaga mucho sobre el autor y por momentos se olvida del contenido. Perfil, por el contrario, analiza la novela a través de su narración en tiempo y espacio. Siempre es fundamental saber que, en ciertas ocasiones, las obras están por encima de los autores. Es como en el fútbol y la famosa frase que dice algo así como que "los jugadores pasan, pero el club queda". Los autores evolucionan y los libros no se escriben solos.
La otra novela a la que quiero referirme es El salmo de Kaplan, editada hace poco por Norma en la Argentina. Con este texto ocurrió lo inverso al ejemplo anterior y la profunda reseña que hizo Pablo Gianera en La Nación se contrapone con el comentario de Juan Terranova en el suplemento cultural de Perfil. Pero, ¿puede una obra ganadora del premio Norma de novela pasar inadvetida? A veces cuesta entender las razones del los críticos para realizar análisis tan livianos.
Desde luego que busqué más fuentes antes de ir a la librería para comprar la novela y hacer mi propia crítica. El resultado:Clarín sólo publicó material de prensa enviado por la editorial (con datos de solapa) y La Capital (Rosario) apenas le dedicó tres líneas para mencionar que fue galardonada con el premio Norma de novela el año pasado.
Entonces lo de siempre: leer y evaluar desde el sillón del living. Una sana costumbre.